sábado, 5 de febrero de 2011

LIBERTAD DE PRENSA Y OBJETIVIDAD EN LA INFORMACIÓN

Cuando surgió la prensa, la idea de libertad de información no existía. Los gobiernos y las monarquías vieron el periodismo como un medio más de extender su control sobre la población e impidieron la libertad de expresión.
La Revolución francesa proclamó la libertad para editar prensa como una conquista en la burguesía y como uno de los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, pronto se apreció la distancia entre una proclamación teórica y la realidad. El Directorio y el Imperio volvieron a la tutela estatal sobre la prensa. La evolución de los hechos vino a demostrar, pues, que el poder absolutista temía la libre circulación de informaciones, y que se iba a oponer a ella con todas sus fuerzas.
Tras la Revolución americana, en Estados Unidos la prensa empezó a ser libre, y sirvió durante mucho tiempo a la controversia entre los diferentes partidos. En general, los diarios se concebían como un instrumento ideológico o doctrinario al servicio de los ideales e intereses de sus propietarios.
Sólo poco a poco, empezó a surgir un periodismo más neutral interesado por los hechos.
El precedente de este estilo fue el  New York herald (1835) de James Gordon Benett, que intentó relatar las noticias con una cierta imparcialidad. Desde entonces es tradicional, dentro del periodismo, la separación entre los hechos, que deben ser objeto de una información lo más imparcial posible, y la opinión que debe ejercerse con eterna libertad.
Con el paso del tiempo se ha perdido ya la idea simplista de que para alcanzar la objetividad basta sencillamente con describir la realidad. Por el contrario, se admite que el punto de vista del periodista y la selección de hechos que éste tiene que hacer obligatoriamente tiene que realizar condiciona siempre la información, por tanto, la objetividad se considera un ideal de ética profesional, un punto de referencia que depende de la voluntad consciente del periodista para no manipular intencionadamente los hechos y no ocultar ningún aspecto fundamental de los mismos. En la búsqueda de este objeto existen métodos y procedimientos generalizados a través de las escuelas de periodismo, las asociaciones profesionales y los libros de estilo utilizados por determinados medios (los libros de estilo son una serie de normas de procedimiento y escritura que se cuidan del rigor y la pulcritud del trabajo periodístico.

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