Aunque la técnica de impresión y el papel son atribuibles a la cultura china, logró si auténtica expansión en la Europa del Renacimiento. Los movimientos sociales y económicos del momento potenciaron la movilidad geográfica, los intercambios económicos, la superación de tradiciones hasta entonces todopoderosas, y todo ello encontró en la difusión del libro un vehículo apropiado. Imprenta e ideas renacentistas se correspondieron, pues, perfectamente. La reforma religiosa empezó aprestar una especial atención a la difusión de las ideas entre el pueblo. La lectura libre de los libros sagrados y la propaganda para los contra reformistas constituyeron un medio adecuado de difundir ideas. La Revolución Francesa vino a impulsar este espíritu confiando en que la libertad de información acabaría asegurando el triunfo de las ideas ilustradas.
Se le atribuye a la invención de la imprenta al alemán Gutenberg.
No hay comentarios:
Publicar un comentario