viernes, 3 de diciembre de 2010

LA IMPRENTA

La Edad Media fue, sobre todo, una cultura oral, pero con el Renacimiento, las cosas empezaron a cambiar. Emergieron poderosas ciudades y con ellas una cultura urbana; se volvió la vista al pensamiento de los griegos con su gusto por las formas armónicas y por los avances técnicos; se empezó a aceptar la argumentación y la experimentación científica como forma de evidencia nacional; prosperó el comercio impulsado por el descubrimiento de nuevas técnicas de transporte, sobre todo el marítimo. En ese contexto se desarrolló la IMPRENTA.
Aunque la técnica de impresión y el papel son atribuibles a la cultura china, logró si auténtica expansión en la Europa del Renacimiento. Los movimientos sociales y económicos del momento potenciaron la movilidad geográfica, los intercambios económicos, la superación de tradiciones hasta entonces todopoderosas, y todo ello encontró en la difusión del libro un vehículo apropiado. Imprenta e ideas renacentistas se correspondieron, pues, perfectamente. La reforma religiosa empezó aprestar una especial atención a la difusión de las ideas entre el pueblo. La lectura libre de los libros sagrados y la propaganda para los contra reformistas constituyeron un medio adecuado de difundir ideas. La Revolución Francesa vino a impulsar este espíritu confiando en que la libertad de información acabaría asegurando el triunfo de las ideas ilustradas.
Se le atribuye a la invención de la imprenta al alemán Gutenberg.

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